domingo, 10 de marzo de 2013

el viento me descompone el peinado
más despeinada de lo que me permito 
el pampero juega con mi flequillo
mientras intento desayunar
y no pensar

juega como yo, con la superficie
sin querer rasgar más allá

lo miro, no a los ojos
sí sus pestañas
sí la sonrisa que me apunta
sincera

él sábe llegar
a cualquier parte de mí
yo sigo dormida 
mientras el sol me quema las piernas
escucho a mamá de fondo 

parece que aún no sabemos todo de los dos 
pero casi que sí
me lee enseguida
y ya piensa qué no preguntarme
porque la respuesta ya está en mis hombros
mi aire

él sigue siendo transparente
aún así 
más astuto

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