jueves, 30 de septiembre de 2010

Halliday y mi cabeza

Las palabras eran peligrosas: no sólo porque eran ambiguas, y conducían al conflicto, Sin ofender, estimado Halliday, no sólo son conflictivas las palabras, también tienen capacidades productivas, ¿no le parece? Me gusta ese juego semántico de darle vida propia a las mismas y darles una personalidad auténtica y de película de todos modos.aunque este sea un argumento común, ¿Común?sino también porque las palabras eran seductoras.Todas las palabras pueden ser Madonna. Éstas presentaban una falsa apariencia de la realidad, ¿pero si la realidad sólo se puede transcribir en palabras?y tenían que ser sacadas del medio para poder exponer la verdadera realidad que yacía más allá.La instatisfacción del lenguaje creo que es algo personal. La dificultad está en la precisión, y eso es algo que buscamos constantemente cuando no se trata de decir que simplemente tenemos hambre.  El esfuerzo científico podría ser fructífero sólo si se atenía a las cosas, no te olvides de los sentimientos, yo creo que es eso lo que nos perturba, que los sentimientos no siempre son compatibles con nuestras palabras, entonces no hablamos como queremos, u omitimos todo y para nada, quizás ese sea el problema de mucha gente...y a la lógica de las relaciones entre las cosas: a través de la observación, no a través de la discusión al contrario, te diría que, a partir de las relaciones entre los seres (que se da por "lógica" necesidad) surgen las discusiones, no somos cosas, las cosas no hablan, entonces de qué me estás hablando? ¿por qué le estoy discutiendo a un texto a partir de MIS palabras? ¿cómo sé que son mías? ¿son de alguien en particular? ¿cómo será rechazarlas? ¿y si ellas me rechazan a mí? Serían unas turras, tal como lo dice Halliday. Pero nunca fue así, de hecho confío en ellas desde hace rato.
Idealmente, podría haber sido posible deshacerse por completo de las palabras, Las palabras no pueden ser ex-palabras, algunas quizás sean más usadas que otras, pero cada uno elige, yo creo que todas están dispuestas al uso corriente o al específico, pero hay que hilar fino, yo puedo desechar gente, pero ¿palabras? las palabras no generan lo mismo que una persona que puede llegar a tener menos sentimientos que ellas, es extraño, ¿no? le tengo mas respeto a un puñado de palabras que a una persona sin sentimientos... y haber puesto las cosas en su lugar demasiado tarde diría; y esto debe haber sido una impresión contemporánea de lo que estaba siendo propuesto [...] Genial, menos mal que jamás se puso en práctica explícitamente, aunque me encantaría cortarle la lengua a más de uno. 

Fin. Ahora me voy a barnizar cajitas...

martes, 28 de septiembre de 2010

Accidente

Tuve uno capilar

eso
encima está como
por la mitad
no llega ni a largo
ni a corto 
es una lástima
porque de un impulso grato y sincero
salió esto 
(es hasta que te acostumbres, además crece...) 
no sé mucho de nobleza
pero esto es como un acto noble 
que se tornó desastrozo 
así que 
no más impulsos
o sí más impulsos
pero no mas
arrepentimiento
 

Ex libris

¡Descubrí mi tópico constante!
O quizás sea sólo el contexto. En fin, un acercamiento a mi esquema repetitivo. Un poco de mi ser que escribe versus mi ser que no encuentro.
Yo no vengo a aclarar incertidumbres, no soy un teórico suizo famoso en su Universidad de Ginebra. No me agradan los absolutos, no creo que todo sea dicotómico o falaz. Yo ya me olvidé de las formas y los uniformes. Me cansé de describir, de hablar abstractamente y recortar objetos sincrónicamente.
¿No entendés? 
Detesto ese tipo de preguntas. Y mi hermano de cuatro años lo dice constantemente, mientras intento llegar al núcleo de lo que quiero decir. Podría decir que hasta ahora sólo le encontré un par de pies a todo esto. Quiero decirlo todo, y recién empiezo.
¿Un sinsentido más? 
Mas bien es un sentido plus a la gran masa de sentidos y propósitos que llevo en los bolsillos. Claro, ahí tengo otra cuestión que titubea, siento que puedo hablar por mí, ya me harté de los textos de auto-ayuda hablando en plural. No creo que se trate de audiencia. Pero de todos modos, hoy me quiero empalagar de mí, dado que estoy perdida y hace rato lo sé. Aviso que encontré una suerte de mapa, y que puedo perderme aún más si quiero. No todo tiene que ser lógico y exacto. Eso se lo dejo a las máquinas, a los artefactos, yo no soy un ser ideal, soy real. Eso puede significar lo que a mí se me antoje. 
Repaso general. 
Esto de entrada va a ser inconcluso. Así que no hay que olvidarse de los puntos suspensivos. 
Soy una irregularidad que cada tanto se presenta y se autodefine. 
Mis debilidades son las palabras y las pestañas de la gente. 
Escucho todo. No me gusta enunciar grupos o géneros y hacerme la cool. 
Escuchar no es lo mismo que disfrutar. 
Necesito aclarar varias cosas, abriendo campos para poder hablar. 
No vengo a imponer ni proponer nada. Sólo justifico infinitamente. 
Balearía a los que con vivir les alcanza. 
No. 
Quizás les llenaría con pintura el cuerpo. Metería unas mangueras en sus orejas así ya no se sienten vacíos. Así tienen motivos para accionar y ocuparse de algo. Una lástima que no puedan ver más allá. Pero, si se dejan toda la pintura en los órganos y pillan arcoiris estaría bueno también. Les daría un buen motivo para ir al baño y tomarían agua más seguido. 
Quizás no mate a nadie. Puede ser.
Esto puede ser interminable...
 

lunes, 27 de septiembre de 2010

Ser danzante al teléfono...

Vos sos la única cura, ¿no?
Bueno
eso dicen
dicen y me refiero a todos 
sin excepción
nadie se opone al reflejo de uno mismo 
como el mejor contorno 
para verse directo a los ojos
y no a través de alguien 
a veces las personas
son barreras
a veces las ilusiones 
también 
y hasta que no desoje todo el ramo 
las margaritas estorban 
son dibujos en el aire
fantasías táctiles
 trenes de papel 
que conducen al único túnel visible

y aunque sé y escucho
todo lo que dicen
no creo 
que esta vez anochezca 
siempre queda tinta por expandir 
por eso necesito 
un poco de brillo entre las hojas y los pétalos
sino
¿cómo sobrevivo? 
ya habría que romper el cascarón
dejar la deixis
ya no hay yo/vos/ellos
deberíamos ser todos 
deberíamos nacer de nuevo
romper este mundo 
vivir al pie de la letra
todas esas frases
que nos marcaron la piel alguna vez 
sin restricciones
con prudencia
con la mirada limpia 
hasta cansarnos de lo primero que nos dijimos
y reconocer que es tiempo 
de hacernos cronopios.








jueves, 23 de septiembre de 2010

Eras como un abrigo
Expandirse suena a obsesión, mejor no me modero 
Está el límite
estás vos
decanta y suena mal
todo lo que me pasa 
me descontractura el mundo 
te duele mirar hacia atrás
yo llevo la empatía
vos llevás el ridículo 
la cuerda floja nos vence
y flú
caigamos. 

De un encierro, un poco de luz (espero no marear)

[...] Abajo mío hay aire y tierra. Arriba un espejo con indicaciones que no logro a descifrar, escritas en algún idioma, en horizontal y vertical, formando cruces, donde las esquinas me apuntan a los ojos. No detecto bien qué dicen. De una forma misteriosa logro interpretar, entre flechas y direcciones de aquellos símbolos entendí que en esta vida parece que sólo se puede tomar un camino, y que desafortunadamente no hay marcha atrás ni cámara lenta. 
En estado de transición (pre-meta-mor-fo-sis), empiezan a caer las grafías afiladas, hechas con sangre desconocida -pero igual de convaleciente que la mía- y van directo hacia mi piel. Comienzan su viaje atravesándome constantemente, mi sangre se mezcla y borbotea, empiezo a hablar en ese idioma anónimo (que ahora es mío). Las goteras y mi esfuerzo por respirar se condensan. No sé si soy yo o soy lo que digo. ¿Cuál es la regla? Interpretar tiene que atravesar un bien y un mal. La dicotomía no se va a ir nunca. La decisión tiene vida propia, la mía.  Es un encuentro casual entre todos los encuentros claves, que suelen ser escasos. Me invaden la memoria y la necesidad de avanzar.
No puedo hacer otra cosa más que arriesgarme, romper esos espejos intercalados con el cielo y esas palabras ajenas hacerlas mías. No me importa lo que digan, no me importa si salgo hecha trizas, tengo que descomponer esa estructura pesada de imperativos y absolutos.  Si no me hablan de libertad, no voy a dejar ningún espejo entero, ni una letra a salvo. Con mis manos y mi voz. Allá voy. No se cuiden, no se esfuercen, yo voy a resignificarlo todo.  Yo, sola, tranquila.

miércoles, 22 de septiembre de 2010

Al vacío mismo

Si bien hay distracción, no hay punto justo, quizás no haya receta tampoco
No sé lo que falta o discimula estar y no, qué más? qué queda?
Partículas, esferas gigantemente diminutas, estruendorosas
en mis oídos, en mis noches ausentes, transparentes
y todo eso de lo que me gusta hablar
me gusta, por eso lo hago, lo creo, lo magnifico
son mis palabras, mias... tuyas... de todos
lo que siempre me queda después y antes
durante
las palabras y los viejos sueños, el mito del tiempo y demás
habitual, como el café, como el primer paso
no me gustás
no me agradás
no, no
te niego, y afirmo que te niego porque menos por menos no es más
detesto que quede esta palabra y no otra
pero toca ganar y perder al azar, no importa quien seas o tus propósitos
qué se siente no querer...
cómo no lo extrañaba
es
inquerible.

Relojes de arena

Siempre, nunca, aisladamente
yo 
aislada
entre los deslices
por el cuello de vidrio 
materializando segundos 
respirando arena
espero que el cuerpo se abra 
liberarme
parcialmente
disfrutar de la manumisión 
creer que es posible
y a su vez posibilitar ese dogma
acerca de la emancipación 
de la condena eterna
que jamás se congela
jamás da tregua
y espero igual
sueño de todos modos
lejos de las grandes sendas 
fuera
del
tiempo
por eso no pierdo nada
por eso no hay conciencia 
por eso digo 
que puedo ser libre

martes, 21 de septiembre de 2010

Vivir al límite

La guerra es una droga.

Veintiuno, café frío, sueño chomskiano

El sueño domina más mi cara que el resto del cuerpo. No puedo manejar mucho la mayoría de los asuntos preocupantes, sólo los que provienen de mí y lo único que puedo dar son definiciones sobre teorías estándar y principios-y-parámetros. Todo eso es más lluvia para la tormenta. Todo eso es más de lo mismo para la baulera de palabras vacías y cotidianas. 
Yo prefiero las palabras-flecha. 
Para que todo
valga
la 
pena.
Quiero empezar conmigo de nuevo hasta cansarme y después volver a levantar la vista. Quiero ver sólo tres colores y vivirlos. Quiero no querer tanto de hecho. Quiero una no-solución urgente en la medida precisa para el momento exacto en el punto justo. Que T O D O se desvanezca con apretar un botón, y que el ciclo del agua actúe así yo algún día vuelva a sentir lo bueno y lo malo, gritar y llorar siempre con el mismo contenido semántico de distintas formas y sentidos, ser un camaleón que se adapta a todo inmóvil e inerte, con los ojos en el cielo y sed en la garganta. 
Es curioso reconocer
Ya no siento nada
Ya dejé todo en la lluvia
Ya será momento de hacer nubes
O será que es hora de tenderse al sol.