domingo, 26 de octubre de 2014

Dientes grandes

Sus dientes eran muy grandes. Casi no entraban en su boca. Muchas cosas sin decir, mucha rabia comprimida que se endurecía, la baba se hacía diente, se afilaba para cortarse por dentro. 
Bichofeo. Bichoenvidia.
Que no me mire, que mejor me escondo, o al revés. Mirá lo bien que estoy, olfateame bicho, ya no te tengo miedo. ¿O sí? ¿A quién mata la envidia?
¡Hay cosas que se dan así y punto!
En qué habré incidido, incendiado, sus dientes cada vez más grandes. Una especie única, que babea hasta por los ojos las otras vidas que no son de otros, de nadie. En la retina absurda, el iris sin arco, la paleta de matisse petrificado, hasta el gris invisible. 
A veces es un perro y otras un tiburón. Pasa por al lado, mira a los costados caralargamente va hacia su propio charco para:
 a. ensuciarse con sus propios pensamientos y se llena de pulgas que se chupan lo que le queda de sangre y ellas se contagian de ese margen de diagnóstico, 
b. comer peces chiquitos, para sentirse grande. Y reina el mar con miedos que proyecta como la sangre que se fusiona con la sal. Esos ojos tan cristales. Sólidos y sin empatía. 
Y en el fondo es cobarde, por eso los dientes. Por eso contiene y no suelta. Esos peces chiquititos, esas ocurrencias hediondas primitivas berrinches a su mamá. Mamá problemas, mamá no dice que no, mamá espejito espejito.  
Nadie la elije, te trae al mundo y sin dientes. ¿Cómo aguantarse esas primeras mordidas? ¿Cómo no te dieron sólido de comer? Hay un timming con los dientes, inamovible. Duelen y hay que usarlos. Hay que salir a marcar, sin dejar llanura. Hueco hueco hueco. ¿Cómo los tapaste después?
¿Quién los tapa?
¿Quién te sana?
Dientes grandes, no es tu culpa
no pienses más en tu mamá 
no pienses más con los dientes
buscá en la solapa
no hay receta tan trillada
ni camino más evidente
estamos haciendo equilibrio sobre esta maraña de hilos, sube y baja, entra y no sale
prefiero stop
prefiero chau
no te puedo ayudar
lo intenté
fui yo la del error
más que ayudarte, te quise cambiar

lunes, 6 de octubre de 2014

freire es un despertador

Cómo te vendieron el papel de tía, cómo de endulzaron desde los oídos hasta el límbico, te llevaron sin que chistaras, a ese lugar de chica fácil (qué mal que suena) por ser nueva en el trabajo. 
Tenías que imitar esas sonrisas ensayadas frente al espejo, ante los padres, cuando se quejaban, te maltrataban, o te decían lo mucho que te querían sus hijos. Cuidar lo que decías, disfrazar lo que pensabas, correr en lugar de otros, y muy pocos sabían tu nombre.

Uno se hace desde abajo

Cómo te compraron con esas flores a punto de marchitarse, vieron en vos esa sed de ser acción a como de lugar.
Ya no escribía, de mí no nacía casi nada. 

Me (con)fundí con el ambiente, alguien me revolvía dentro de la preparación, todas frunciendo el ceño por el sol de mediodía. Todas quieren ser rubias, bronceadas, madres, esposas, maniquíes.

El guardapolvo me quedaba bien, eso decían. Después vino la camisa con el saquito. Iba subiendo pisos, ¡sorpresa! un lugar donde guardar mi mochila y campera ¡sorpresa! la camiseta te quedaba muy bien, eso decían. 

Te van a decir que sos la mejor, y no les tenés que creer. Te van a decir que sos la peor, y no les tenés que creer. 

Pero me sentía viva, con ganas de aprender. Buscaba las señales precisas para sentirme bien parada, con la mochila de buenas decisiones ahí, que no pesaban, tallando mi espalda firme y estricta.
Maestra ciruela, maestra con pulgas, maestra que se prende en todas, que sonríe aunque no supieran su nombre, que hace de más, que se queda siempre quince minutos después de hora.

Y de un día para el otro, todos esos consejos futuristas se desvanecieron. Se desplomaron just because. Algo se rompió, lo tuve que romper, me estaba intoxicando.

No. Saber decir que no. Pensarlo bien, des-venderse, escucharse. No, porque no te creo más, dos veces me vendiste a la nada, al anonimato, a pisar en falso y después mandar a otros a que me digan que no, que esta vez no va a poder ser y que después ¡OH! el cargo era para vos. Tu palabra no me sirve, no me lleva a ninguna parte, ni verdad ni mentira. Un cuatro de copas. Tu voz no me despierta.

viernes, 3 de octubre de 2014

¿Qué hiciste hasta ahora?

Desde la intervención del modelo sistémico una pregunta inicial puede ser: ¿qué hiciste hasta ahora? Después de la catarata de crisis y llantos, después de las miradas y las rabias contenidas ¿qué hiciste para cambiarlo?
¿Por qué no escribís más? Escribí durante el viaje y ahora, como de a ratos-espasmos, cuando el cuerpo me lo pide - PERO escribir no es cagar. No, pero me gusta escribir para mí, no para ser leída, a veces el narcisismo secundario sale, a veces hay que resguardarse, porque una vez me dijeron que escribía góticamente y la catharsis o catarsis no era lo mío entre palabra y palabra yo lloraba y ella había fumado bastante marihuana y había comido poco dulce, había que sacar lo que inquietaba a una para lastimar a la otra o quizás sólo necesitaba saber lo que era cogjer (claro, yo más o menos sabía y lloraba porque cogjía con alguien que vivía en otra ciudad). No sé si perdonar o si codificar todos los mensajes que van y vienen, que tapo cuando me acuesto leyendo un libro pensando que cuando no se escribe no es la muerte de nadie. Nadie tiene que decirme que tengo que escribir porque me hace bien, pero Ceci una vez me dijo que cuando no se escribe se puede leer, y si no se puede leer se puede pintar, y yo agregaría ver películas, cogjer, viajar. Escribo dejando algo de mí y también dialogo con quien sea que me lea, quizás yo misma después de tres o cuatro años y no está mal. Me gusta sentir eso cuando escribo, no hay bien o mal. Y si sale, bienvenido, y sino, habrá que esperar, mientras tanto, escribo para la facultad (¿para quién?) o couchrequests para conocer gente y sentirme más chica y más grande al mismo tiempo. Y encima tengo/debo que pensar en ese clic que todavía no llega, la ansiedad pesa y pienso en una lista de cosas que te hubiera dicho pero te di demasiado espacio en la hoja para que me marques y me garabatees cosas tuyas, que no sé si serán miedos o deseos.
¿Qué hiciste hasta ahora? Je ne regrette rien. 
Cuando escribo y porque escribo y charlo conmigo no me interesa el show ni que me lean y me digan ¡ay, mili! no, no me gusta el show y si escribo o no y porque escribo es un asunto mucho más intimo, creo, siento, bla. Ese blablablabismo a veces como dice Juana es la punta del ovillo de lana y hay que empezar a desmembrar la piel y si hay nudos inside and out hay que aceptarlos y si podemos desenredarlos. Y la verdad es que estoy lejos y me alejé metafóricamente también ¿defensa? Puede ser, este cuerpito tiene su inconsciente muy pesado, pero leí, leí y no me sentí una ignorante cuando fui a Europa. Los libros también existen fuera de la capital. El viaje duró más de lo que pensaba y a veces me confundía con el out-of-my-skin y no sabía si era visitante o autóctona o parte del paisaje o una perdida más.
Lo que hice hasta ahora fue viajar, y creo que de a poco voy sintiendo que hay que empezar a volver.

martes, 23 de septiembre de 2014

me alejo

me llevé a dar una vuelta
un paseo para despejar la cabeza
lejos del foco
de los juicios

me voy a los grises
a buscar
los errores detrás de las piedras con memoria
las recurrencias
y las dudas

me alejo, digamos perdida
de las determinaciones
detrás de las líneas de mi cara
más adentro

mar adentro
el tema frecuente
pérdida
de tiempo
de afecto

de
línea

vibrante
zig zag
más adentro

me alejo

y encuentro la línea
me aprieta
me exprime el corazón
me lleva lejos
del bullicio
las voces cantantes

y me escucho
mientras me alejo