lunes, 6 de octubre de 2014

freire es un despertador

Cómo te vendieron el papel de tía, cómo de endulzaron desde los oídos hasta el límbico, te llevaron sin que chistaras, a ese lugar de chica fácil (qué mal que suena) por ser nueva en el trabajo. 
Tenías que imitar esas sonrisas ensayadas frente al espejo, ante los padres, cuando se quejaban, te maltrataban, o te decían lo mucho que te querían sus hijos. Cuidar lo que decías, disfrazar lo que pensabas, correr en lugar de otros, y muy pocos sabían tu nombre.

Uno se hace desde abajo

Cómo te compraron con esas flores a punto de marchitarse, vieron en vos esa sed de ser acción a como de lugar.
Ya no escribía, de mí no nacía casi nada. 

Me (con)fundí con el ambiente, alguien me revolvía dentro de la preparación, todas frunciendo el ceño por el sol de mediodía. Todas quieren ser rubias, bronceadas, madres, esposas, maniquíes.

El guardapolvo me quedaba bien, eso decían. Después vino la camisa con el saquito. Iba subiendo pisos, ¡sorpresa! un lugar donde guardar mi mochila y campera ¡sorpresa! la camiseta te quedaba muy bien, eso decían. 

Te van a decir que sos la mejor, y no les tenés que creer. Te van a decir que sos la peor, y no les tenés que creer. 

Pero me sentía viva, con ganas de aprender. Buscaba las señales precisas para sentirme bien parada, con la mochila de buenas decisiones ahí, que no pesaban, tallando mi espalda firme y estricta.
Maestra ciruela, maestra con pulgas, maestra que se prende en todas, que sonríe aunque no supieran su nombre, que hace de más, que se queda siempre quince minutos después de hora.

Y de un día para el otro, todos esos consejos futuristas se desvanecieron. Se desplomaron just because. Algo se rompió, lo tuve que romper, me estaba intoxicando.

No. Saber decir que no. Pensarlo bien, des-venderse, escucharse. No, porque no te creo más, dos veces me vendiste a la nada, al anonimato, a pisar en falso y después mandar a otros a que me digan que no, que esta vez no va a poder ser y que después ¡OH! el cargo era para vos. Tu palabra no me sirve, no me lleva a ninguna parte, ni verdad ni mentira. Un cuatro de copas. Tu voz no me despierta.

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