En el inocente remolino
giraba
sintiendo cómo la sal me buscaba
sin atravesarme
el desborde
después de sumergirme
¡acá estoy!
¡acá sigo!
sé que me ven desde allá
alguna vez me vieron
¿me recuerdan?
me solté sola
y un viento subterráneo empezó a soplar
adentro mío
también una pregunta
aún impronunciable,
su sombra retumbaba
cada palabra un eslabón
bajaba
creía que no se podía más
y que tampoco importaba
tiempo después se arrimó un signo
luego del estancamiento náufrago
esas palabras inmóviles
sintieron electricidad
ese viento que hundía
ahora transformado en signo
desató las palabras
hasta la superficie
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